Por: Fabio Torres
El mejor oficio del mundo, fue un discurso pronunciado por
el nobel colombiano, Gabriel García Márquez en el marco de la 52ª Asamblea de
la Sociedad Interamericana de Prensa en octubre de 1996 en California, Estados
Unidos. El periodista en este documento afirmó que aprendió de esta profesión
en la mejor escuela de todas, salas de redacción, lugar donde el barullo de los
comunicadores por la incesante tarea de la búsqueda de la noticia y debates
entre colegas hacía de este, el recinto ideal para el ejercicio de esta
profesión.
En el mismo discurso, ‘Gabo’ aprovecha para señalar que la
creación de facultades de periodismo, nacen gracias al reclamo general que
había por aquel entonces, en que esta profesión debía formalizarse con la
creación de cátedras en claustros y dejar de lado el empirismo existente. Con
esto García Márquez aseveró que la creación de estas instituciones colaboró a
la formación de profesionales con deficiencias gramaticales y ortográficas.
Lo que haré no es con el ánimo de ridiculizar pero este
ejemplo es ideal para refrendar lo dicho por ‘Gabo’. Recuerdo que en una clase
de taller de noticia en segundo semestre, una de mis compañeras defendía con
vehemencia que Envigado, un municipio del sur de Antioquia, se escribía
‘Embigado’ a lo que el profesor de turno no dudo en sacar su reportorio de
chascarrillos por tal situación.
Aunque la historia es jocosa, en realidad esta marca las
diversas falencias que presentan algunos de los aspirantes a periodistas y no
lo digo solo por el tema ortográfico, sino por la precaria cultura general de
los estudiantes, que a mi modo de ver, debe ser una de las más desarrolladas de
los practicantes de este oficio.
A diferencia de García Márquez pienso que la creación de
facultades dedicadas a las ciencias de la comunicación, son muy útiles porque
en estos recintos del saber, el aspirante a periodismo encontrará el camino propicio
para pulir esas ganas para sobresalir en esta carrera.
Vale aclarar que para dicha formación es ideal el
compromiso entre docentes y estudiantes, los primeros con transmisión de un
conocimiento útil y preciso y los segundos que no se conformen con lo aprendido
en las aulas, porque deben complementarlo con iniciativas autodidactas, para
ejercer de manera correcta el mejor
oficio del mundo.
Me parece un muy buen artículo porque haces uso de un referente como Gabo que obtuvo su titulo de forma empirica y lo enlazas con quienes estamos en proceso de formación con la ayuda de facultades
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